Escrito por: Mariel Hernández Maldonado

Los anillos de bodas son un elemento muy importante de la boda, pues no solamente simboliza la unión eterna entre la pareja, sino que es el único elemento que traerán marido y mujer a todos lados constatando que son una feliz pareja. Por esto y por toda la simbología tras el portar los anillos es que debemos tener tal vez más cuidado al momento de obtenerlos, pues si ya estamos acudiendo a la tradición del matrimonio, hay que hacerlo bien.

Suele suceder que en una boda la novia es el centro de atención y es ella quien piensa en la mayoría de los detalles; el novio se resigna a poder escoger tal vez un platillo del banquete o los invitados que pueden asistir al evento. No siempre es así, repito que suele suceder, sin embargo los anillos son un detalle que es muy importante que vean entre los dos, pues los dos los portarán.

• Tenemos que empezar por comprobar el tamaño adecuado para los dos. No podemos aventurarnos a comprar un anillo de compromiso sin antes tener la medida exacta de los dos dedos: que no apriete mucho, que no esté muy suelto, que sientan comodidad con el al momento de cerrar la mano y agarrar cosas para que no tengan que estar retirándolo del dedo a cada rato corriendo el riesgo de perderlo.
• Los padrinos de anillos. A pesar de que los padrinos juegan un papel muy importante, no es exclusivo de ellos escoger el diseño de los anillos; ya sea que los hayamos designado nosotros o que se hayan auto designado, no podemos dejar una decisión tan importante al criterio de alguien externo. Lo ideal sería que acudieran los novios junto con los padrinos a elegir los anillos para calibrar no solamente los precios, sino los gustos.
• Material. No es necesario que los anillos sean de oro. El oro se ha utilizado por su resistencia, hermosura y valor, pero muchas personas utilizan plata o un combinado de materiales; hay quienes utilizan huesos de algún animal o bambú, todo depende del gusto de la pareja, cuando es de oro, es preferente que el sea de 24 kilates, pues es la forma más pura del oro.

Personalizar los anillos es algo ya muy común en las parejas; antes bastaba con que cada quien tuviera el suyo puesto, después se empezaron a grabar nombres, fechas y algunos hasta una pequeña frase sencilla como “para siempre” o “amor eterno” en la parte interna -y a veces en la parte externa- del aro.

A menos que seamos muy apegados a las tradiciones, no existen reglas inamovibles sobre la apariencia, material y demás aspectos sobre el anillo de matrimonio; más vale que sea del gusto de nosotros y nuestra pareja que de lo que dicta la ley.

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