Cortar el pastel es una de los tradiciones que más gustan y que más importancia guardan en las celebraciones de bodas. Es un momento de unión entre los novios y los invitados que siempre pasa a la posteridad con la ayuda de las fotografías que no se hacen esperar en ese momento.

A esto se debe que su elección no sea algo para tomar a la ligera y que, en cambio, suela prestársele mucha atención.  Lo ideal es elegir un pastel de boda que vaya con el tono general de la boda que se haya elegido. El pastel debe ir con las características del lugar, los arreglos, la indumentaria, etcétera. Así, si la boda se concibe muy formal, entonces lo recomendable es mantener este concepto en el pastel, eligiendo el estilo francés a base de nata que se distingue por su sobriedad. En cambio, para las bodas que se realizan en la playa, la nata resultaría demasiado pesada, por ello es mejor elegir un pastel helado y con sabores hechos a base de frutas que refresquen a los invitados.

No hay que olvidar tener siempre en cuenta que el diseño del pastel debe ir ad hoc con la decoración del lugar en que se llevará a cabo el festejo, hay evitar que rompa con el estilo de la mantelería, las flores, la vajilla, etcétera.

Otros aspectos a tomar en cuenta en la elección del pastel es el tamaño que éste tendrá; para ello hay que tener en cuenta el número de invitados. También deben considerarse las circunstancias en que se servirá, por ejemplo la época del año, la temperatura del salón y si hay alguna tradición familiar que sea importante realizar o respetar.

Lo mejor es no arriesgarse demasiado y preferir los sabores tradicionales como chocolate, vainilla, rellenos de crema, frutas o mermelada; también hay algunos muy populares que contienen almendras o nueces. El pastel de boda debe ser lo más apetitoso posible y debe servirse al final de la comida.

Por último, no hay que olvidar que la partida del pastel simboliza la unión y la fuerza de la recién formada pareja; repartirlo entre los invitados es incluirlos y hacerlos parte de la felicidad de los novios. Sin duda, el primer bocado que el novio le ofrece a la novia es un momento inolvidable para la vida de ambos ya que hace hincapié en la importancia de compartir el alimento como marido y mujer que serán en adelante.